Crianza positiva https://crianzapositiva.org El equipo está conformado por psicólogas con especialización y experiencia en: Evaluación y diagnóstico psicológico, Psicoterapia individual, Psicoterapia familiar y de pareja, Psicoterapia de niños, niñas y adolescentes, Psicoterapia en trauma y duelo, Terapia del dolor, Terapia de aprendizaje, Disciplina Positiva. Mon, 19 Sep 2022 15:03:17 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.0.18 https://crianzapositiva.org/wp-content/uploads/2021/09/ico.jpeg Crianza positiva https://crianzapositiva.org 32 32 Me equivoqué https://crianzapositiva.org/me-equivoque/ https://crianzapositiva.org/me-equivoque/#respond Thu, 11 Aug 2016 17:40:34 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=1 Leer más]]> ¿Con cuántas entonaciones se puede decir esta frase?
Es probable que cuando la decimos o la oímos, esté cargada de una connotación negativa. Equivocarse normalmente produce enojo, tristeza, desilusión. Se siente temor ante las consecuencias de los errores pero también frente al juicio negativo que los demás pueden formarse de nosotros. Los errores nos hacen sentir que somos malos, inadecuados, perdedores, culpables.

Y como nada de esto es agradable… ¡tapamos los errores!

  • Los ignoramos o minimizamos (“no es tan grave”, “no es verdad”).
  • Los atribuimos a circunstancias externas o a otras personas (“fue culpa de…”).
  • Los justificamos (“es que esto ocurrió porque no tengo…”).
  • Los convertimos en aciertos (“creo que fue bueno hablarle de esa manera porque así aprende”).

En resumen… ¡LOS DESPERDICIAMOS!

Un error es en realidad una PRUEBA CLARA DE QUE ESTAMOS INTENTANDO ALGO NUEVO.

Un error es la muestra de que HEMOS SALIDO DE LA ZONA DE CONFORT Y HEMOS APRENDIDO que hay un camino para llegar a nuestro objetivo que NO ES EL QUE ELEGIMOS EN PRIMER LUGAR.

Un error ES CLARAMENTE UNA OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE. pero para poder aprender de los errores hay que:

  • Reconocerlos.
  • Responsabilizarse por ellos.
  • Analizarlos.

Y…¿cómo se hace para que los hijos aprendan esto?

Primero lo primero: los adultos debemos “HACER VIDA” ESTAS IDEAS. Reconozca públicamente sus errores… sin dramas.

Segundo: Evite culpabilizar, quejarse y sobre reaccionar con los errores de los hijos. LO NATURAL ES QUE CUANDO ALGUIEN ESTÁ APRENDIENDO ALGO, SE EQUIVOQUE OCASIONALMENTE. Si el adulto hace un problema de cada equivocación, le envía al niño este peligroso mensaje: “Sólo eres bueno y valioso cuando eres perfecto”. El resultado es que como el niño necesita ser valorado y querido, probablemente decida ocultar sus equivocaciones o se niegue a intentar cosas nuevas.

Tercero: ayude a que se produzca un aprendizaje:

  • Acompañando al niño en las consecuencias de su acción (acompañar no es sustituir),
  • Guiando su reflexión con preguntas (¿por qué crees que pasó esto? ¿qué otra cosa pudiste haber hecho? ¿te gustaría intentar algo diferente?),
  • Apoyando la búsqueda y puesta en marcha de soluciones. Los niños deben saber que ellos pueden encontrar mejores y más productivas maneras de actuar y que hay posibilidades de reparar.

De esa forma el ¡ME EQUIVOQUÉ! podrá ser dicho con una connotación positiva de expectativa por la mejora.

Ma. Gabriella Ottati de Castillo

Certified Positive Discipline Trainer Candidate

Ecuador

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Luchas de poder. ¿Quién tiene la victoria? https://crianzapositiva.org/luchas-de-poder-quien-tiene-la-victoria/ https://crianzapositiva.org/luchas-de-poder-quien-tiene-la-victoria/#respond Wed, 09 Mar 2016 17:42:55 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4648 Leer más]]> ¡Aquí quien manda soy yo! ¡Te he dicho que lo hagas! ¡Obedece!! ¡Vete a la cama ahora mismo! ¡Silencio! ¡Hazlo ahora!

Para que exista un lucha de poder, Jane Nelsen nos dice que necesitamos dos personas como mínimo y definitivamente estas frases invitan a que se origine una lucha de poder interminable.

Cuántas veces, con el fin que nuestros hijos obedezcan, o por miedo a perder la autoridad frente a ellos hemos caído en esta lucha. Cuando ocurre , tanto los hijos como los padres tienen la “sensación” de estar realizando un esfuerzo inútil, sienten que está perdiendo el control (de hecho lo están haciendo) pero cada uno se niega a abandonar “la lucha” porque no quiere perder, pero el resultado es que de algún modo, ninguno TIENE LA VICTORIA, perdemos la paciencia, luego nos sentimos culpables y terminamos castigando y ya sabemos cuál es la consecuencia del castigo en nuestros hijos.

COMO EVITAR LAS LUCHAS DE PODER

No controlar nuestras emociones, palabras hirientes y castigos como solución dan cabida a las luchas de poder con nuestros hijos.

El comportamiento de los niños está dirigido a metas, pero el camino que toman no necesariamente es el más correcto, en este sentido, cuando entremos en una lucha de poder, busquemos la meta de nuestros hijos y tratemos de enseñarles un camino más adecuado donde ambas partes salgan ganando. Para evitarlas, podríamos intentar:

  1. En vez de dar órdenes, haz preguntas que inviten a la reflexión, Jane Nelsen llama a esto “preguntas curiosas” (¿qué piensas respecto a…,? ¿qué sientes…?, ¿que has decidido…?). Entonces, en vez de decir, ordena tu cuarto, tal vez podríamos decir, qué puedes hacer para que tu cuarto se vea limpio y ordenado?
  2. Habla menos y actúa más. Acércate a tu hijo y muéstrale lo que tiene que hacer, en vez de decir “1000 veces los mismo” desde lejos, esperando que “obedezca” rápidamente.
  3. Crea rutinas y luego recuérdale qué es lo que habían acordado. Ejem. Tu hijo se levanta de la mesa al terminar de comer y va directo a jugar, entonces le podemos recordar “¿qué es lo que tenemos que hacer después de cenar?”
  4. Jane Nelsen nos recomienda además tener un POSITIVO TIEMPO FUERA para calmarnos y actuar pensando en lo que vamos a hacer y decir, evitando las luchas de poder.
  5. Dale opciones limitadas, esto les dará la sensación de que no tienen que obedecer todo a rajatabla y que tienen la opción de elegir.
  6. Practica el autocontrol. Cuando entramos en la lucha de poder queremos CONTROLAR todo, pero cuanto más controladores queremos ser, más DESCONTROLADOS nos volvemos. A la primera persona que tenemos que controlar es a nosotros mismos.
  7. Usa el humor. A veces es la mejor solución en momentos de crisis y sirve además para detener la lucha de poder.
  8. Ponerse de acuerdo. Ambos padres tienen que manejar el mismo estilo de crianza para no crear confusión en los hijos que inviten a buscar “al más bueno” . Recuerda que tanto el estilo permisivo como el autoritario invita a la lucha de poder, opte por una disciplina positiva.
  9. Involucra a tus hijos en la solución de problemas. Esto hace que los chicos tengan un sentido de pertenencia, estén motivados a asumir sus responsabilidades y estén menos propensos a desobedecer.
  10. Se consistente y congruente con lo que DICES y HACES.
  11. Expresa lo que sientes dando mensajes YO, evitando culpabilizar al otro por lo que pasa en ti internamente “Estoy súper cansada, colaboren con esto para poder descansar descansar¨, esto suena mejor y se acepta mejor en vez de “Me están haciendo enojar, obedezcan de una vez, o si no…”
  12. Se FIRME Y AMABLE al mismo tiempo. Que tu expresión y tono de voz indiquen el respeto por tu hijo. Un niño que se trata de forma respetuosa es más colaborador.
  13. No te olvides de DAR SIEMPRE TU MENSAJE DE AMOR. A veces estamos tan metidos en la lucha de poder que nos olvidamos de recordar a nuestros hijos cuánto los amamos.
  14. En vez de buscar culpables ENFOCATE EN LAS SOLUCIONES.

La Disciplina Positiva nos enseña que las luchas de poder “crean distancia y hostilidad en lugar de cercanía y confianza. La distancia y la hostilidad crean resentimiento, resistencia y rebeldía (conformismo con baja autoestima). En cambio La cercanía y la confianza crean un ambiente seguro y de confianza donde no hay temor, ni culpa, vergüenza o dolor”

Gina Graham Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes Certified Positive Discipline Trainer

La Dra. Jane Nelsen estará en el Perú este 15 de Abril del 2015 ofreciendo una conferencia a padres y maestros. Informes a través de este link EVENTOS o a través de informes@crianzapositiva.org

“Nunca he visto a un niño con aires de poder sin un adulto con aires de poder cerca de él”

Jane Nelsen

#luchasdepoder

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Poniendo límites, cuidando los vínculos afectivos https://crianzapositiva.org/poniendo-limites-cuidando-los-vinculos-afectivos/ https://crianzapositiva.org/poniendo-limites-cuidando-los-vinculos-afectivos/#respond Fri, 25 Sep 2015 05:44:37 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4654 Leer más]]> Diversas investigaciones nos revelan que las experiencias afectivas positivas durante los primeros años de vida, preparan al niño a enfrentar situaciones difíciles y crear lazos afectivos duraderos y estables. Por otro lado, el niño que no tiene una adecuada vinculación afectiva, crece con inseguridad y desconfianza respecto a los otros. Estos hallazgos ponen a la luz la importancia que tienen los vínculos afectivos que establezcamos con los niños y que una relación satisfactoria con sus padres o cuidadores, contribuye a que éste se sienta valioso y desarrolle una autoestima y una autoconfianza adecuada.

La psicoterapeuta británica Sue Gerhardt, en su libro “El amor maternal” nos explica que la mejor manera de abordar las enfermedades mentales, incluso la delincuencia y la violencia en nuestra sociedad, es ocuparnos de los bebes, puesto que durante los primeros años se desarrollan muchos sistemas importantes en el cerebro, especialmente los que utilizamos para gestionar nuestra vida emocional. Concluye que la primera infancia es la base de la salud mental.

La paternidad es una actividad compleja que incluye, además del amor, conductas específicas de los padres que tienen repercusión en el funcionamiento psicológico y social de los hijos, estas conductas tienen que ver con la puesta de límites como parte del cuidado integral de los niños.

Sin embargo, impartir límites constituye uno de los problemas más comunes que se observan en las familias de esta época. Y es que parece que muchos padres tienen conceptos polarizados en cuento a la crianza y la disciplina. Por un lado, están los padres que piensan que tener un estílo controlador y autoritario es la mejor manera para que los niños desarrollen responsabilidad y les vaya bien en la vida y por el otro extremo tenemos a padres que por miedo a las consecuencias negativas del autoritarismo terminan siendo permisivos.

Los límites, al igual que el cariño son una muestra de amor a nuestros hijos, puesto que les da seguridad y al mismo tiempo los protegen. Esto significa que como padres, debemos desarrollar habilidades necesarias para establecer las reglas con amabilidad, firmeza, consistencia y claridad para poder guiar a nuestros niños y que se sientan verdaderamente protegidos.

La Dra. Jane Nelsen, autora del libro Disciplina Positiva, nos explica que la disciplina ejercida de manera democrática o positiva, ayuda a los adultos a encontrar un camino respetuoso e intermedio que no es autoritario ni permisivo. Este tipo de disciplina se sustenta en la base de un trato empático, respetuoso, amable pero firme al mismo tiempo, que a largo plazo ayuda a desarrollar en los niños valiosas habilidades sociales y de vida.

Si no estamos acostumbrandos a poner límites, es posible que al principio sea dificil y vayamos de un lado al otro, entre el autoritarismo y la permisividad. Sin embargo, hay algunas preguntas que nos ayudarán a saber si estamos en la línea correcta: Esto que estoy haciendo ¿Es respetuoso con mi hijo? ¿Lo ayudará a desarrollar habilidades de vida? ¿Es respetuoso conmigo? ¿Es respetuoso con los demás y la situación? ¿Es un castigo o una solución?

Algunas pautas a la hora de establecer límites con respeto:

  • Recuerda que ser firmes no implica dejar de ser cariñosos. El tono de voz indicará cariño, mientras la expresión indicará firmeza.
  • Practica el autocontrol. La primera persona a la que tenemos que controlar es a nosotros mismos.
  • En vez de dar órdenes, haz preguntas que inviten a la reflexión, Jane Nelsen llama a esto “preguntas curiosas” (¿qué piensas respecto a…,? ¿qué sientes…?, ¿que has decidido…?).
  • Habla menos y actúa más. Acércate a tu hijo y muéstrale lo que tiene que hacer.
  • Crea rutinas junto con tu hijo y luego recuérdale qué es lo que habían acordado.
  • Dale opciones limitadas, esto les dará la sensación de que no tienen que obedecer todo a rajatabla y que tienen la opción de elegir.
  • Involucra a tu hijo en la solución de problemas. Esto lo motivará a asumir sus responsabilidades y se sentirán parte importante de la familia.
  • Surgiere alternativas aceptables por ejemplo “no te puedo dar el helado antes del almuerzo, pero te lo puedo dar después. De esta forma somos comprensibles con sus deseos y menos arbitrarios.
  • Usa el humor. A veces es la mejor solución en momentos de crisis y sirve además para detener la lucha de poder.
  • Ponte de acuerdo con tu pareja. Ambos padres tienen que manejar el mismo estilo de crianza para no crear confusión en los hijos que inviten a buscar “al más bueno”.
  • Expresa lo que sientes y hazte responsable de tus emociones.
  • Por cada “malaconducta” que veas en tu hijo dale 5 apreciaciones de buenas conductas que observas en él. Véras cómo las malas conductas empiezan a desaparecer y las buenas a incrementar.
  • Evita sobreprotegerlo, ya que es una forma de decirle “eres un incompetente” La lástima promueve la debilidad, mientras que la comprensión promueve fortaleza.
  • No te olvides de siempre dar tu mensaje de amor y que éste llegue a tu hijo. Que tu niño sepa que tu amor hacia él es inconcidional.
  • Antes de “corregir” una mala conducta, busca conectarte emocionalmente con tu hijo. Eso ayudará a mantener los vínculos afectivos en la familia y que podamos ejercer una gran influencia sobre ellos.

Tenemos que tener claro que, si bien los límites son necesarios para el desarrollo de un carácter firme y socialmente adaptado, una buena disciplina no es sinónimos de gritos, castigos o golpes; éstos sólo producen dos tipos de resultados: o un niño rebelde, agresivo e irrespetuoso de las normas de la sociedad, o un niño/ña atemorizado, tímido, socialmente incompetente, carente de iniciativa, fácilmente manipulable e incapaz de hacer respetar su propia individualidad.

Una buena disciplina requiere de aceptación del niño/niña, amor, paciencia dedicación, atención, consistencia, firmeza, autocontrol y flexibilidad de parte de los padres. Ellos deben ponerse de acuerdo respecto a las expectativas, límites y derechos del niño, y hacer que éstos sean expresados en términos adecuados a su capacidad de comprensión. El reconocimiento atento de las buenas cualidades y conductas aceptables, producen un mejor efecto que la crítica o el castigo ante las conductas inaceptables.

Gina Graham Psicóloga-Psicoterapeuta

Artículo escrito para: PERMISO PARA SER NIÑO http://permisoparasernino.pe/articulo/Poniendo-lmites-y-cuidando-los-vnculos-afectivos/178#.VdJqmVN_Oko

#vínculosafectivos #infancia #amor #respeto #cariño

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La importancia de los límites en la crianza de los hijos https://crianzapositiva.org/la-importancia-de-los-limites-en-la-crianza-de-los-hijos/ https://crianzapositiva.org/la-importancia-de-los-limites-en-la-crianza-de-los-hijos/#respond Tue, 09 Jun 2015 05:55:00 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4659 Leer más]]> Hoy compartimos con ustedes un resumen de un capítulo del libro de Disciplina Positiva de la Dra. Jane Nelsen, realizado por la Psc. Jayci Blandin, educadora certificada en Disciplina Positiva.

Gracias Jaicy por creer que sí se puede educar sin castigos y ser una promotora más de del respeto en nuestras comunidades!!!

Integración y Resumen elaborado por Jaicy Blandin (2012), basado en el Libro “Disciplina Positiva” de Jane Nelsen (2009)-madre participante del taller Educando con Disciplina Positiva (extracto y adaptación del resumen)

“La Disciplina Positiva (DP) se enfoca en enseñar a los niños qué hacer porque ellos han sido invitados a analizar la situación y a usar algunos principios básicos, como la colaboración y el respeto mutuo para encontrar soluciones. De esta manera, los niños están más dispuestos a seguir las reglas que ellos mismos han ayudado a establecer, ya que comprenden por qué son necesarias, cuál es su sentido y cómo ser responsables de ellas. La habilidad en la toma de decisiones se vuelve más efectiva cuando ellos se sienten miembros activos de una familia, y no receptores pasivos del proceso. Uno de los propósitos generales de la DP es lograr que los efectos de dichas habilidades sean duraderos (a largo plazo)…

La Importancia de los Límites:

El propósito de los límites es mantener a los niños a salvo y adaptados al medio social. Una forma de hacerlo cuando los niños son mayores de 4 años, es involucrarlos cuando se establecen esos límites y se discute con ellos su importancia. Los niños estarán más dispuestos a respetar los límites que ellos mismos han ayudado a establecer, ya que comprenden por qué son necesarios y cómo ser responsables de ellos. Podemos idear juntos cuáles deben ser los límites para ver la televisión, las horas de llegada a casa, los tiempos de juego o de tarea.

Cuando se traspasa un límite, no debemos dar sermones, ni castigos, hay que continuar involucrando al niño respetuosamente. Evitar decirle lo que pasó y lo que se debe hacer al respecto. Lo mejor es hacer preguntas abiertas como “¿Qué pasó? ¿Qué crees que lo ocasionó? ¿Qué ideas tienes para resolverlo? ¿Qué has aprendido de lo pasado?”.

Los límites o normas tenemos que explicarlos cuidadosamente cuando los niños van creciendo. No podemos decirles a nuestros hijos que hagan tal o cual cosa “Porque sí” o “porque se nos da la gana”: Es indispensable el diálogo sereno entre padre e hijo, en el cual se explique el sentido o la razón por la cual se debe respetar ese límite. Si podemos llegar a explicar el valor que el límite está protegiendo y el anti-valor que se esconde detrás de la transgresión del mismo, mejor.

Cuando les explicamos a nuestros hijos el sentido o la razón de un límite, los estamos valorando como personas capaces de comprender. En cambio, si les decimos: “Algún día entenderás, todavía eres muy pequeño”, les estamos diciendo implícitamente que son poco inteligentes y lo único que lograremos con ello será generar su rebeldía a corto o largo plazo. Nuestros niños pueden ser pequeños, pero no son irracionales.

Muchas veces nos quejamos de que nuestros hijos son rebeldes, y no vemos que nosotros hemos sido primero arbitrarios y autoritarios con ellos. Esto los irrita y con razón, porque menosprecia su capacidad de comprender, ofende su racionalidad humana e implica una subvaloración que seguramente los conducirá a una actitud de rebeldía.

…Parece que muchos padres piensan en términos de los dos extremos de crianza que se establecen entre un estilo autoritario o controlador y un estilo permisivo. La gente que piensa que el castigo es válido, lo hace porque cree que la única alternativa es el control. La gente que no cree en el castigo, a menudo se va al otro extremo y se vuelve demasiado permisiva. La disciplina ejercida democrática o positivamente, ayuda a los adultos a encontrar un respetuoso terreno o camino intermedio que no es autoritario ni permisivo. Este tipo de disciplina se sustenta sobre un trato gentil y firme, que enseña valiosas herramientas sociales y de vida.

Cuando se es gentil y firme al mismo tiempo, ayuda saber que ser gentil (respetuoso o cordial) puede balancear todos los problemas que genera ser sólo firme (rebeldía, resentimiento, daño a la autoestima) y que ser firme puede balancear todos los problemas que genera ser sólo gentil (permisividad, manipulación, niños engreídos, tiranos, daño a la autoestima)”

La Dra. Jane Nelsen estará en el Perú este 15 de Abril del 2015 ofreciendo una conferencia a padres y maestros. Informes en este link Eventos Jane Nelsen

#limtes #firmeza #cariño #respeto #disciplinapositiva

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DISCIPLINA POSITIVA EN EL AULA. UNA HISTORIA DE ÉXITO https://crianzapositiva.org/disciplina-positiva-en-el-aula-una-historia-de-exito/ https://crianzapositiva.org/disciplina-positiva-en-el-aula-una-historia-de-exito/#respond Mon, 16 Mar 2015 22:11:45 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4665 Leer más]]> Queremos compartir una historia de éxito implementando la Disciplina Positiva en el aula, por parte de Sandra, una maestra de aula, comprometida con sus alumnos, que viene aplicando esta metodología basada en las relaciones horizontales y el respeto mutuo. Esta es su historia:

“Como maestra tutora de niños y niñas en edad escolar, siempre he tenido la inquietud de buscar formas innovadoras de acercarme a mis alumnos para lograr un clima favorable en el aula que les permita desarrollarse, conocerse, valorarse, enfrentarse a situaciones que requieran estrategias creativas de solución, relacionarse de forma asertiva y darles herramientas para ser personas de bien, transformadoras de la sociedad, íntegras, honestas, creativas, libres y felices.

En esta búsqueda tuve la oportunidad de ser capacitada en la filosofía de Reggio Emilia que plantea entre otras cosas una forma diferente de mirar al niño: un niño que tiene un gran potencial, que desde que nace busca encontrar el significado de lo que le rodea, que es investigador por naturaleza, aprendiz innato y se expresa de muchas maneras, que comparte lo que descubre con diversos lenguajes y códigos. Para que esto se dé es absolutamente necesario un maestro que sea observador, reflexivo, capaz de proponer actividades que permitan que el niño se relacione con el mundo, descubra y construya su aprendizaje. Esta filosofía me abrió los ojos y se complementó de una manera perfecta con la Disciplina Positiva, la que descubrí hace tres años la cual propone aplicar la firmeza y la amabilidad al mismo tiempo, entender las emociones, empoderar a los niños en la búsqueda de soluciones y asumir los errores como grandes oportunidades para aprender.

La Disciplina Positiva nos insta a creer en la capacidad de los niños para tomar decisiones sobre cómo responder a las situaciones que se les presentan y confiar en su capacidad de adaptarse al mundo.

Esta metodología me dio herramientas para relacionarme con mis alumnos de una manera máscercana, respetuosa, firme y afectuosa. Dichas herramientas son muy valiosas para enfrentar la vida y no solo transformaron mi forma de enseñar sino que me transformaron a mí como persona y lo siguen haciendo actualmente. Considero que en la medida en que yo sea respetuosa y afectuosa conmigo misma lo seré también con los niños y si puedo ver mis errores como oportunidades para crecer y aprender, podré tener paciencia cuando mis alumnos cometan errores, por lo tanto la Disciplina Positiva no solo se aplica en el aula sino que se vive.

Soy consciente que me costó entender que fuera posible aplicar una disciplina sin premios ni castigos, ya que yo estaba acostumbrada a construir con mis alumnos las normas de convivencia y a juntos proponer las consecuencias que debían recibir aquellos que no cumplían los acuerdos establecidos. Esto me daba resultados inmediatos y mucha tranquilidad por el control que lograba sobre ellos. A pesar de mis dudas sobre la eficacia de esta metodología me atreví a intentarlo.

Uno de los problemas que se presentó en el aula fue que los niños tardaban mucho tiempo en alistarse a la hora de realizar el trabajo por proyectos. Esto sucedía después de la hora en que almorzaban ya que al terminar debían guardar todas sus cosas y mover las carpetas para formar grupos, se demoraban y no teníamos tiempo suficiente para realizar el trabajo. En una reunión de clase tocamos este tema y ellos redactaron su propuesta de mejora con las ideas de todos de la siguiente manera: “Nosotros deseamos mejorar el tiempo que utilizamos para alistarnos a la hora de trabajo por proyectos, por eso vamos a primero arreglar nuestras cosas y mover las carpetas antes de almorzar, además poner el cronómetro en línea 10 minutos antes para calcular nuestro tiempo”. Para mi sorpresa, los niños y niñas llegaban del recreo y sin que yo les indique nada movían las carpetas. Uno de ellos se encargaba de controlar el tiempo, usando el cronómetro de la computadora proyectándolo en la pantalla para que sea visible para todos. A los diez minutos la mayoría estaba sentada preparándose para empezar y colocaban nuevamente el cronómetro para registrar el tiempo que tardaban en estar todo el grupo listo. Los que se demoraban eran alentados por sus compañeros para apurarse, todos se alegraban cuando iban mejorando y trataban de vencer su propio record.

He comprobado sin duda alguna que la Disciplina Positiva funciona y he tenido la oportunidad de maravillarme al observar los progresos de mis alumnos. Ellos ya no necesitaban que un adulto los controle para hacer lo correcto porque deseaban que su salón mantuviera un ambiente de respeto mutuo que contribuya en su crecimiento y aprendizaje.

Un aspecto de la Disciplina Positiva que me quedó muy claro es que tenía que lograr que todos mis alumnos sintieran que eran importantes para mí y para el grupo.

Es importante resaltar que esto fue aplicado a un salón conformado por 35 alumnos de tercer grado de primaria y que a pesar de ser un grupo grande se logró que cada uno asumiera una responsabilidad en el aula, lo que los hacía sentirse parte de un grupo donde todos podían proponer soluciones a los problemas siendo respetuosos con sus compañeros, sintiéndose escuchados, tomados en cuenta, libres para decir lo que pensaban. Por mi lado, dejé de tener control sobre ellos para cambiarlo por la participación y la cooperación; ahora el vínculo que establezco con los niños es más cercano y respetuoso, los observo con cariño y me asombro cada día de lo que van logrando, ellos saben que pueden contar conmigo y que también son capaces de lograr muchas cosas por sí mismos.

Por ejemplo, cuando yo estaba dirigiendo una actividad, el encargado del tiempo me hacía notar que ya debía prepararme para terminar, mostrándome el cartel que indicaba que faltaban 5 minutos. Por otro lado, el encargado de dirigir los agradecimientos nos invitaba a pensar diciendo “cierren un ratito los ojos, vamos a recordar quién ha hecho algo especial por nosotros, a quien lo hemos visto esforzarse por mejorar, piensen bien para que le agradezcan” y luego me asombraba cuando decían nombrando a cada uno o una “gracias por alegrarme cuando estaba triste”, “gracias por explicarme la tarea”, “gracias por invitarme a jugar”, “reconozco que te estás esforzando por esperar tu turno para hablar, ya no interrumpes”. Este sentimiento de pertenencia, y el experimentar que son escuchados y reconocidos, ocasionó que cada vez haya menos niños con comportamientos inadecuados pues ya no necesitaban llamar la atención para sentirse importantes.

Esto no quiere decir que no surjan problemas, la diferencia radica en que aprendimos a solucionarlos juntos y nos comprometemos a solucionarlos con ayuda mutua y cooperación. Es necesario tener paciencia, constancia y confianza en el proceso. A diferencia de utilizar castigos o premios para ver cambios de actitud en los alumnos, -inmediatos pero que no perduraban en el tiempo-, ahora, con la Disciplina Positiva los resultados se ven a largo plazo y se quedan instaurados en ellos.

El trato entre los niños también mejoró gracias a la herramienta “molestias y deseos” que fue moldeada en una reunión de clase. Les explique que íbamos a expresar lo que nos molesta de una manera respetuosa, para ello íbamos a elaborar dos listas, en la primera indicaría lo que les molestaba y en la segunda cómo les gustaría que actuara la otra persona. Luego utilizando las dos listas cada niño tuvo la oportunidad de practicar cómo expresarse diciendo frases como: “me molesta cuando… y deseo que…” También en otro momento escribimos en una tercera lista, las posibles respuestas: “lo siento”, “no sabía que te molestaba” Cuando el grupo estuvo listo acondicionamos un lugar acogedor en el aula (con alfombra y cojines) donde, se dirigían los niños para dialogar con tranquilidad y resolver sus conflictos. Algunas veces yo me sentaba un poco alejada de ellos para observar sin intervenir, pudiendo a la vez escuchar lo que decían y registrar sus diálogos. Decían cosas como: “me siento molesto cuando coges mis colores sin permiso, me gustaría que me los pidas prestados” y el otro respondía: “lo siento no lo volveré hacer”, o “Me siento triste porque me dijiste para jugar y te fuiste con otras niñas y me dejaste sola, me gustaría que cumplas lo que dices” – “lo siento, no me di cuenta, ¿quieres jugar conmigo en el próximo recreo?”. Los problemas se solucionaban muy fácilmente si llegar a conflictos mayores.

Un día un niño se me acercó para contarme que estaba molesto con su amigo y antes que tuviera el tiempo de decirme algo, otro le preguntó “¿ya te sentaste a conversar con él?”, el niño se fue y lo vi conversando con su amigo, luego le pregunté como estaba y me dijo “ya está todo bien, no te preocupes”.

Llevo trabajando dos años aplicando la Disciplina Positiva. El primer año mis compañeros profesores me dijeron, “claro te funcionó porque el grupo que tenías era bueno”, el segundo año, recibí un grupo más difícil y me dijeron, “a ver si vas a poder con la Disciplina Positiva” y eso me dio más ganas aún de esforzarme por ser respetuosa y firme al mismo tiempo. Al final del año observaron cuánto avanzó mi grupo y valoraron el trabajo realizado en conjunto con mis alumnos, se dieron cuenta que lo que les proponía que apliquen en su aula da buenos resultados comprobando los cambios positivos en los niños. Además, la profesora que recibió a mis alumnos el año pasado observó que los niños seguían rutinas establecidas sin que ella se las diga, que tenían la capacidad para resolver diversas situaciones y autorregularse, que se escuchaban unos a otros con respeto y empatía. Ella me preguntó qué debía hacer para continuar el trabajo que yo había empezado, y pude transmitirle mis experiencias. Ahora ella también trata de contagiar a sus compañeras de 4to grado para que apliquen las herramientas de Disciplina Positiva.

También he cambiado la forma como me relaciono con los padres de familia, invitándolos a realizar reuniones familiares, a ver los errores de sus hijos como oportunidades para aprender, a permitir que sus niños se comprometan en la resolución de sus problemas y a su vez mis alumnos notan cambios positivos en la forma como sus padres los tratan.

En este camino a veces puedo equivocarme, retroceder y querer tomar el control, pero sé que habrá siempre un nuevo día para volver a empezar. He cambiado mi forma de pensar y actuar, lo que me permite reflexionar y mejorar. He comprendido también que basta con que un profesor quiera asumir el cambio para que se encienda una luz y esa luz contagie al resto.

Nosotros los maestros somos afortunados, recibimos en nuestras manos a muchos niños cada año y tenemos la oportunidad de influir en sus vidas dándoles herramientas para que se relacionen con el mundo y que se las llevarán consigo para siempre. Tenemos una gran responsabilidad.

Educar con disciplina positiva me permite ser una mejor persona y mejor maestra y sentirme feliz de compartir cada día esta experiencia con mis alumnos”.

Sandra Colmenares Maestra de Escuela. Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educator LIMA-PERU

Si quieres implementar la disciplina positiva en el aula y/o quieres certificarte por la Positive Discipline Association, escríbemos a certificacion@crianzapositiva.org

#disciplinaposiitva #crianzapositiva

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ANSIEDAD Y MIEDO EN LA INFANCIA https://crianzapositiva.org/ansiedad-y-miedo-en-la-infancia/ https://crianzapositiva.org/ansiedad-y-miedo-en-la-infancia/#respond Sun, 01 Mar 2015 22:14:58 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4669 Leer más]]> “Se come las uñas, tiene tics, tartamudea, tiene miedo a quedarse solo, llora cuando me voy, tiene miedo a la oscuridad, no quiere estar con los amigos, etc., son algunas manifestaciones infantiles que causan preocupación en los padres.

Todas las personas alguna vez en nuestras vidas hemos experimentado ansiedad y miedo. En el caso de los niños puede ser hasta cierto punto positivo porque hace que se comporten de manera más segura. Por ejemplo, cuando un niño tiene miedo a cruzar la pista, evitará que cruce de manera imprudente la calle.

Ansiedad y Miedo La ansiedad es una reacción emocional desagradable que se da ante la percepción de una amenaza y tiene como finalidad la propia protección. Se genera a partir de la valoración que la persona le da al hecho más que al hecho en sí mismo, es decir, lo que significa en su vida. En el caso de los niños, estos miedos pueden ser: miedo a ser abandonado, a perder a la persona amada, a la venganza, al castigo, etc. Por otro lado, cuando la ansiedad se produce por estímulos específicos, estamos hablado de miedo. Algunos miedos pueden ser: miedo a los extraños, a la oscuridad, a algunos animales, a la alturas, a las interacciones sociales. Tanto la ansiedad como el miedo son respuestas normales para enfrentar los peligros reales o imaginarios y la mayoría de los niños lo experimentan de manera transitoria pues están asociados al desarrollo. Los miedos más frecuentes son:

Conforme los niños van creciendo, los miedos pueden ir desapareciendo o también pueden ser reemplazados por otros.

Cuando los niños experimentan periodos largos de ansiedad y no se les presta la debida importancia, pueden perjudicar significativamente sus vidas y causar baja autoestima, problemas de atención, deterioro en sus relaciones sociales, ausentismo escolar, dificultad para adaptarse a situaciones nuevas, rituales, obsesiones fobias, trastornos de pánico, etc.

¿Cómo ayudar a un niño con ansiedad? Nosotros como padres tenemos un rol importante para prevenir futuros trastorno de ansiedad. Podemos ayudarlos reduciendo los factores estresantes y potenciar sus recursos personales, aquí te damos algunos consejos:

  • Hablar con el respecto a lo que le preocupa y cómo se siente, sin obligarlo dándole el tiempo necesario para pueda expresarse.
  • Ser modelos de afrontamiento. Somos los principales referentes de nuestros hijos por ello, en la familia, debe encontrar un espacio donde se permita expresar los sentimientos en vez de ocultarlos, afrontar los problemas en vez de evadirlos.
  • Exponerlo gradualmente a la situación que le causa miedo o ansiedad y felicitarlo por sus avances.
  • Comprender los sentimientos de nuestro hijos. Por ejemplo el nacimiento de un hermano, la entrada al colegio, una mudanza, etc., pueden ser preocupaciones intensas para él, en ese caso no debemos minimizar lo que siente.
  • Hablar con él sobre todo aquello que tiene miedo y preguntarle qué es lo peor que puede pasar. Darle soporte y contención.
  • Potenciar sus recursos personales. Proveerle sentimientos de autoeficacia, es decir que él es capaz de resolver sus problemas, elogiando constantemente sus logros así nos parezcan pequeños, ya la autoeficacia está relacionada con la autoestima.
  • Proveerle amor incondicional. Aceptarlo tal como es, demostrándole que nos interesa lo que le pasa, aceptando sus limitaciones sin pretender que sea perfecto.
  • No sobreprotegerlo, la sobreprotección genera debilidad mientras la confianza y la responsabilidad promueven una autoestima positiva. En este sentido, el niño debe aprender de los errores para ser más asertivo y de paso, ganar autonomía.
  • No ser sobre exigente. Es decir que nuestras metas respecto a ellos estén basadas en la realidad y en sus propias capacidades, más que en nuestros deseos. Hay que animarlos a que hagan las cosas lo mejor que puedan y reforzar sus avances.
  • Evitar hábitos perfeccionistas: estudiar hasta altas horas de la noche o repetir muchas veces un trabajo hasta que esté perfecto no es saludable. Es conveniente establecer un horario y unos objetivos de estudio realistas.

Por último, si nos damos cuenta que la ansiedad de nuestro hijo se prolonga por semanas lo más adecuado sería buscar ayuda terapéutica.

“El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son”

Más: http://www.psicoterapeutas.com/pacientes/desensibilizacion.htm TERAPIA COGNITIVA con niños y adolescentes. Aportes técnicos. Segunda Edición. E Burge, M. gomar, J. Mandil Editorial AKADIA. Bs.As. Argentina, 2010.

Si tu niño tiene este problema, búscanos.

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DESARROLLO DE LA ATENCIÓN EN LOS NIÑOS https://crianzapositiva.org/desarrollo-de-la-atencion-en-los-ninos/ https://crianzapositiva.org/desarrollo-de-la-atencion-en-los-ninos/#respond Wed, 21 Jan 2015 22:16:55 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4675 Leer más]]> Aprender es aquel proceso mediante el cual adquirimos determinada información y luego la utilizamos cuado la necesitamos. Este aprendizaje puede ir desde un concepto hasta la utilización de un instrumento. Sin embargo, para poder adquirir dicha información, necesitamos prestar ATENCION a través de nuestros sentidos para poder luego procesarla y almacenarla en nuestra memoria.

¿Cuándo un niño empieza a prestar atención? Desde los primeros momentos de vida, un niño debe empezar a prestar atención a todo lo que le rodea: oyendo, viendo, tocando y sin distraerse. Es decir, su vida será un constante ejercicio de atención que deberá ser mediada por los adultos que lo rodean para que esta capacidad se potencie con la práctica.

Pero pasa que a veces, nosotros con el afán de querer “estimular” a nuestros hijos en esta tarea lo llenamos de estímulos que, lejos de estimularlo lo que generamos es distracción, aburrimiento y rechazo por parte de ellos y enojo y frustración por parte de nosotros “porque él no quiere prestar nuestras indicaciones”, entonces perdemos la paciencia y terminamos gritándole, poniendo mala cara y haciendo de ese momento algo desagradable para ambos. Para ayudar a un niño en sus tareas o para aprender cierta destreza, hay que tener PACIENCIA, es decir no sentirnos mal cuando no logra las cosas tan rápido como nosotros queremos que lo haga y sobretodo CONOCER su ritmo de aprendizaje, considerando sus edad de desarrollo y características individuales.

Ahora, para hablar de tiempos y en consecuencia de horarios, hábitos y rutinas, tenemos que partir de lo que se considera “tiempo del niño”. ¿Qué quiere decir esto? Pues que debemos CONOCER el tiempo que necesita cada niño para su auto-estructuración emocional, cognitiva (aprendizaje-pensamiento) y social para pasar de un aprendizaje a otro nuevo. El respeto a ese ritmo, es la premisa fundamental para iniciar cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.

Tiempo de atención promedio de los niños según la edad:

0 a 1 año 2 a 3 minutos 1 a 2 años 7 a 8 minutos 2 a 3 años Hasta 10 minutos 3 a 4 años Hasta 15 minutos 4 a 5 años Hasta 20 minutos 5 a 6 años Hasta 25 minutos

Las necesidades biológicas del niño son las que marcaran en un principio, los ritmos y frecuencias necesarios para su orientación en el tiempo: el alimento, los cambios, los sueños, son las primeras pautas y las primeras referencias en el niño. De estas primeras pautas de tipo orgánico, se irá pasando progresivamente a otras de tipo social, (marcadas por nosotros), que tendrán que tener un ritmo estable, para que a partir de esta estabilidad empiece a diferenciar los distintos momentos del día, lo que le permitirá recordar, prever y anticipar los que vendrá después, así poco a poco irá interiorizando una “rutina” que le formará el hábito.

No nos esforcemos por sobre estimularlos, pues cualquier exceso por encima de lo permitido, no nos dará resultados positivos, al contrario, podría causar un efecto nocivo y perjudicial en el niño, por sobrecarga de excitación que excede la capacidad funcional de sus neuronas. Esto no quiere decir que a un niño entre 3 y 4 años solo se le puede estimular 15 minutos al día, quiere decir que por cada actividad de estimulación puede durar máximo este tiempo, dando un tiempo para el relax entre una y otra.

Por otro lado, también debemos tener en cuenta que esta estabilidad en el ritmo, no debe confundirse con rigidez, es decir, con una excesiva división del tiempo como si nuestros hijos fueran unos robots, ni tampoco crearles una extensa rutina durante todo el día para la estimulación, también hay que darles tiempo y espacio para el descubrimiento y exploración natural.

Aquí lo importante es la calidad, no la cantidad de estimulación, es decir no debemos olvidarnos de prestar atención a lo afectivo, a lo motor, la formación de hábitos, la motivación y organización de conducta, etc. Es en las rutinas donde también estamos enseñándole límites y autocontrol.

ALGUNOS CONSEJOS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN EN LOS NIÑOS

Si nota que su hijo tiene alguna dificultad, o así se lo dijeron en el nido o colegio, es importante que acuda a un especialista para descartar cualquier problema o deficiencia visual o auditiva o de otro tipo que puede estar influenciando en su atención. También determinará si su presta mayor atención al estimulo visual, auditivo o táctil y explote esta potencialidad.

Estimúlelo a terminar lo que ha comenzado, inclusive pueden premiar las conductas en las que demuestre constancia y concentración. No se recomienda castigar al niño ni retarlo por distraerse.

  • Como ya saben, es importante darle al niño un ambiente de cariño y estabilidad, por lo cual deben tener horarios y cierta regularidad en las actividades como comer, dormir, ver televisión, realizar tareas, etc.
  • Adapte la exigencia de la tarea a su capacidad de atención y control, estructurando la tarea en tiempos cortos (tampoco podemos dejarles todo el día para que realicen una actividad sencilla).
  • Refuércelo cuando está trabajando, pero el esfuerzo más que el logro. Los niños con una atención dispersa necesitan ser reforzados con mayor frecuencia y en la situaciones que prestan atención, para ir consiguiendo que estos pequeños tiempos vayan aumentando.
  • Comparta la lectura. Llévelo a las bibliotecas y librerías para inculcarle el amor por los libros.
  • Permítale que ayude con tareas sencillas.
  • Sea claro y consecuente a la hora de disciplinarlo. Sea modelo de la conducta que espera de él y recuerde que disciplina no es castigo es enseñarle a tener cuidado, respeto y responsabilidad.

Gina G.

Hay tantas cosas que podemos hacer con nuestros hijos. Nosotros como padres estamos en el mejor lugar para ayudarlos a adquirir conocimientos sin dejar de lado su mundo emocional para que puedan enfrentarse a la vida con éxito.

#atencion #concentracion #escolaridad #desarrollo #paciencia #respeto

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DETRÁS DE LA CONDUCTA https://crianzapositiva.org/detras-de-la-conducta/ https://crianzapositiva.org/detras-de-la-conducta/#respond Sat, 10 Jan 2015 22:19:26 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4680 Leer más]]> Cuando vemos a un niño que se está comportando mal, es común decir “mira a ese niño, es un malcriado”, sin embargo los padres debemos ser capaces de ver más allá de esas malas conductas. Si queremos que un niño mejore su comportamiento tenemos que comprender que es lo que lo moviliza para comportarse como lo hacen, y de esa manera podrán alentarlos para que mejoren.

Toda conducta tiene un propósito y va dirigida hacia una meta. El psiquiatra Alfred Adler dijo que todo niño tiene como meta adquirir un sentido de significancia y pertenencia. Muchos niños saben llegar hacía esa meta de formas correctas, mientras otros se desvían por el camino, tomando rutas alternas, cuando eso pasa, se comportan mal. Para que un niño se comporte bien debe sentir que es importante para el resto, que forma “parte de”, que pertenece, sino es así entonces se sentirá desmotivado y se comportará inadecuadamente.

Cuantas veces no ocurre que nuestros hijos se comportan mal, y en lugar de alentarlos a un mejor comportamiento, los retamos, les gritamos, e incluso hasta los castigamos, consiguiendo así solo desmotivarlos más. Como padres solo vemos la conducta y corregimos a partir de lo que vemos, sin embargo si queremos motivar a nuestros hijos a un mejor comportamiento debemos ver que hay detrás de esa conducta.

Metas Erradas del Comportamiento

Son cuatro las metas erradas que sus hijos pueden estar buscando para encontrar ese sentido de significancia y pertenencia:

  1. Atención Excesiva: los niños que buscan atención creen erróneamente que para pertenecer deben hacerse notar y mantener ocupados a los adultos con ellos, por ejemplo, Juan es un niño de 8 años que es capaz de hacer los deberes por su cuenta, sin embargo se niega a hacerlos solo, demandando la ayuda de su mamá constantemente. Juan quiere mantener a su mamá ocupada con él.

Si su hijo busca atención el mensaje tácito detrás de su conducta es “Tómame en cuenta involúcrame de forma que me sienta útil”. Por lo que se recomienda:

  • Programar tiempo especial con su hijo.
  • Establecer rutinas claras.
  • Utilizar señales no verbales para hacerle saber lo que espera de él.
  • Actuar, sin hablar.
  1. Poder: los niños que buscan poder creen erróneamente que para pertenecer deben mandar y tener el control de las situaciones, lo que invita a quienes se relacionan con él a las luchas de poder. Por ejemplo, Daniel de 14 años quiere ejercer control, así que cada vez que su mamá le dice que haga sus deberes, el simplemente se rehúsa. Quiere hacerlos a su tiempo, y a su manera.

Si su hijo busca poder el mensaje tácito detrás de su conducta es “Déjame ayudarte. Dame opciones”. Por lo que se recomienda:

  • Involucrar a su hijo en la búsqueda de soluciones.
  • Mantener la calma y no argumentar en el momento de tensión.
  • Darle opciones limitadas.
  • Redirigir el poder de manera positiva pidiéndole ayuda con ciertas cosas.
  1. Venganza: los niños que buscan venganza se sienten tan dolidos que creen que deben lastimar a otros para que se sientan igual. Por ejemplo, Valeria de 12 años sabe que lo que más le duele a su papá es que no haga sus deberes, como resultado, los hace, pero los deja en casa y no los entrega.

Si su hijo busca venganza el mensaje tácito detrás de la conducta de su hijo es “Me siento dolida. Valida lo que siento”. Por lo que se recomienda:

  • Conversar con su hijo sobre lo que siente y validar sus emociones.
  • Reconocer su error y reparar la falta.
  • Demostrar su cariño.
  • Escuchar activamente.
  1. Ineptitud Asumida: los niños que caen en la ineptitud asumida, no se consideran capaces de hacer las cosas bien. Se consideran inútiles. Por ejemplo, Raúl no hace los deberes porque considera que no puede hacerlos bien, por lo que se da por vencido fácilmente. Los padres de Raúl creen que no hay mucho que se pueda hacer para ayudarlo.

Si su hijo busca rendirse el mensaje tácito detrás de su conducta es “No te des por vencido conmigo. Enséñame con pasos pequeños”. Por lo que se recomienda:

  • Enseñarle paso a paso lo que debe hacer.
  • Decirle que tiene fe en sus capacidades.
  • Buscarle oportunidades de éxito.
  • Enfocarse en lo que hace bien.

En los ejemplos anteriores, el problema es el mismo, sin embargo la meta errada es diferente en cada uno. Encontrar la meta equivocada detrás de las conductas de sus hijos puede no ser sencillo, sin embargo si se la identifica será capaz de responder de manera adecuada para ayudar a su hijo, ya que lo que usted haga dependerá de lo que hijo busca.

Si constantemente se les presenta el mismo desafío con sus hijos, entonces será de utilidad identificar la meta errada que los moviliza. Cuando se encuentre en una situación de conflicto recuerde que hay una creencia errada detrás de esas conductas y que lo primordial, en beneficio de todos, es ponerse en los zapatos de sus hijos.

Karina Bustamante de Huerta Psicóloga Clínica Psicoterapeuta TREC y TCC Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores

Fuente: https://disciplinapositivaecuador.wordpress.com/2015/01/10/que-hay-detras-de-las-conductas-de-mis-hijos/

#conducta #metasequivocadas #metaserroneas #animar #alentar #pertencia #importancia

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EL JUEGO https://crianzapositiva.org/el-juego/ https://crianzapositiva.org/el-juego/#respond Sat, 10 May 2014 22:21:35 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4684 Leer más]]> El mayor atractivo de los juegos es que son divertidos y, a quién no le gusta divertirse?. Quién no se siente bien divirtiéndose?

Mucha gente asocia el jugar con perder el tiempo o hacer nada, sin darse cuenta que es uno de los mejores momentos para que un niño aprenda y se desarrolle saludablemente.

Obviamente, cuando un niño se está divirtiendo, está más abierto a descubrir lo que está pasando alrededor de ellos a diferencia de cuando está aburrido, triste, molesto o frustrado. Es jugando que los niños aprenden a ser creativos, imaginando las cosas más increíbles, y quién sabe que en un futuro no muy lejano, eso que imaginó jugando lo convierta en realidad, haciendo un gran aporte a la humanidad.

Además, le permite reproducir lo ya vivido y expresar sus pensamientos y sentimientos. Experiencias que tal vez no supo resolver en el mundo real y le crearon temor, miedo, frustración, tristeza o cólera, las traslada al juego buscando otras maneras de enfrentarlas. Convirtiéndose en una muy buena oportunidad para aprender a resolver conflictos, a cooperar, a ceder, a tolerar frustraciones y todas aquellas habilidades y capacidades que, mañana más tarde, le ayudarán a enfrentar la vida.

En un mundo agitado como el de hoy en día, donde llenamos a nuestros hijos de actividades: colegio, deportes, tareas, profesores particulares, etc., les queda muy poco tiempo libre para poder jugar, y cuando lo tienen, muchos no saben qué hacer con ese tiempo porque esa capacidad de imaginación y creatividad para el juego no está ejercitada. Así que papis, detengámonos a pensar en ello por un momento. Dejemos de planificar todos los fines de semana y busquemos más espacios de juego libre con nuestros hijos, dentro o fuera de casa. Pasarán un momento divertido y de mucho aprendizaje para la vida.

Video: El Juego en los Niños

Mag. Melissa Murakami Certified Positive Discipline Parenting Educator Psicóloga de Crianza Positiva mmurakami@crianzapositiva.org

#juego #desarrollo #amor #temor #miedo #alegria #frustración #emociones

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¿CÓMO HAGO PARA QUE ME OBEDEZCA? https://crianzapositiva.org/como-hago-para-que-me-obedezca/ https://crianzapositiva.org/como-hago-para-que-me-obedezca/#respond Sat, 05 Oct 2013 22:24:21 +0000 https://amennoad.site/crianza-positiva/?p=4688 Leer más]]> Esta es una de las preguntas más recurrentes con la que llegan los padres a la consulta o a los talleres de padres “¿Cómo hago para que mi hijo me obedezca y obedezca a la profesora?

Y es que muchos de nosotros tenemos la idea que los niños tienen que obedecer a rajatabla sin cuestionar lo que les pedimos. Me gustaría que el lector se ponga por un instante en el lugar de los niños y se pregunten ¿qué puede estar sintiendo y pensando sobre sí mismo y los demás este niño al cual se le pide de manera constante “OBEDECE”? Y es que de manera encubierta este “obedece” encierra el mensaje: no cuestiones, no pienses, no sientas, sólo haz lo que te digo. Y si hoy el niño obedece en casa, mañana más tarde obedecerá fuera de ella a quien se lo pida.

En este intento por tener resultados inmediatos y que la crianza sea más fácil, como dice Marisa Moya “perdemos de vista al niño” y nos enfocamos en nuestra necesidades inmediatas y nos olvidamos que cada paso que damos está educando a nuestro hijo y que el costo a largo plazo del “obedece” es bastante alto.

Queremos niños libres, que tomen decisiones, que cooperen, con adecuada autoestima, independientes, juiciosos, líderes y una lista enorme de ideales que no encajan con esta idea que el niño tiene que obedecer de manera automática y sin cuestionar al adulto. ¿Acaso es posible llegar a estos ideales si es que todos los días practican el no pensar y hacer lo que los demás le dicen?

Creo que lo primero tendríamos que hacer, sería centrarnos en la realidad “no existe ningún niño en el mundo que OBEDEZCA de manera inmediata”; segundo, sería mucho mejor enfocarnos a largo plazo y educar niños con habilidades, que los ayuden a tomar decisiones adecuadas, pesando en las implicancias que tienen estás decisiones en los demás y en sí mismos. Tercero, no perder de vista su mundo interno, preguntarles: qué piensan, qué sienten, qué van a decidir, que tengan la oportunidad de cuestionar sus pensamientos, de elegir dentro de una serie de alternativas y tomar la mejor solución, acompañados en este proceso de sus padres y maestros.

En vez de buscar “modificar conductas”, mejor enseñamos conductas apropiadas, en vez de “obedece” mejor creamos un ambiente propicio para que el niño pueda interiorizar todos aquellos valores que les pedimos (cooperación, honestidad, bondad, etc.); para esto, creo yo, las mejores herramientas son el ejemplo diario por parte de nosotros, la comunicación, la paciencia el autocontrol y el respeto mutuo.

Ps. Gina Graham Certified Positive Discipline Trainer www.positivediscipline.org

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